lunes, 26 de abril de 2010

Don Sangre


Por Omar Ruvalcaba

¡Sangre, sangre, sangre!... “y Jalisco arde a plomo y ejecuciones”; en tan sólo 72 horas en el bello Estado de Jalisco que presume de hermosas playas, montañas, lagos, y de sus tradicionales tortas ahogadas, han sido ejecutadas 17 personas.
Se presume que, en su mayoría, por bandas del narcotráfico que se disputan las zonas para controlar la venta de droga.
Uno de los hechos más sangrientos fueron los cinco norteños encontrados desnudos en el interior de una camioneta en un rancho conocido como Sin Agua, en el Municipio de San Miguel El Alto, con el tiro de gracia.
En Tlajomulco de Zúñiga, ya parece “un basurero humano”, pues es conocido por los sicarios para dejar el fruto de su trabajo —y Tonalá va que vuela por la misma situación.
A la Procuraduría General de Justicia del Estado de Jalisco, encabezada por Tomás Coronado Olmos, se le acumuló la carga de trabajo para resolver los crímenes que piden ser aclarados a la brevedad por las familias de la víctimas y de la sociedad; esperemos que los Policías Investigadores no nos salgan con que hacen falta pruebas para indagar los homicidios.
Uno de los problemas que tendrá que enfrentar el primer fiscal Coronado Olmos, son las ejecuciones ocurridas en Sayula, Unión de San Antonio, Cihuatlán, Talpa de Allende, San Miguel El Alto, Vallarta y Tlajomulco, debido a que su personal adscrito se ve reducido en elementos, equipo y trabajo de logística e investigación.
Pasará mucho tiempo para que los crímenes sean resueltos y que a las familias de los ejecutados se les haga justicia.
Cabe señalar aunque las autoridades —minimicen— la ola de ejecuciones la sociedad, empresarios nacionales o extranjeros se ven afectados sus intereses y la posible inversión en Jalisco que puede ser llevada a otro Estado del País donde se les ofrezca más seguridad social.
Es clara la falta de coordinación entre las cooperaciones de justicia Municipal, Estatal y Federal, debido que entre ellos mismos no comparten información por —envidias— o por su poder jurídico, aunque ellos dicen que sí la tienen, —ya viéramos a un Policía Federal pasando información a un gendarme Municipal para poder detener a un presunto delincuente— pero ni en sueños eso pasaría aquí en México.
Es claro que por los intereses de algunos funcionarios corruptos no se puedan aclarar los crímenes o el tráfico de drogas, artículos robados y piratería. Esperemos que la nueva delegada de la PGR Delegación Jalisco Verónica Isabel Batres Jiménez, termine con estos actos de “malas mañas” y le pegué duro a los narcomayoristas, no sólo a los narcomenudistas de la delincuencia organizada,..¡Sangre, sangre, sangre!

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