martes, 6 de abril de 2010

Acudiendo a los dioses


EL ESPEJO

por Lourdes Vega

¡Hola mis queridos lectores! Hoy quiero hablar de las muchas máscaras que consciente e inconscientemente utilizamos. Sí, porque quiero hacerles saber que nosotros somos mil máscaras.
Por ejemplo en nuestro trabajo manejamos una máscara diferente que en nuestra casa con nuestra familia, con los amigos usamos otra, con la pareja otra y así sucesivamente, pero hoy quiero hablarles de una parte de nosotros a la que ninguna máscara puede engañar: el alma.
Porque el alma es la única parte de ti que no puedes engañar, podrás engañar a tus padres, a tu pareja, a tus hijos, a todo el mundo pero a tu alma jamás. Te podrás sabotear a ti mismo pero ante el espejo del alma ¡jamás!
Ten valor —porque se necesita valor— para poder mirarte fijamente a los ojos y decirte a ti mismo la verdad, pero la verdad de tu alma, de cómo eres en verdad… y aceptarte.
Porque esa verdad solamente tú y Dios la saben y se necesita mucha honestidad, es el único momento en el que te encuentras contigo mismo y con Dios Nuestro Creador y sabes perfectamente que a Él jamás podrás engañar.
Es muy importante hacer notar esta situación porque solamente de esta forma podrás saber qué tan mal andas, no te preocupes al saber esto de ti, porque en ese momento es cuando en verdad descansa el alma y habrá mucho progreso en la relación contigo mismo y con Dios.
Es a lo que llamamos establecer la paz contigo mismo, es cuando llega un crecimiento espiritual pues se tiene un contacto directo con nuestro padre Dios. Si sientes que huyes del espejo ¡no huyas! Es cuando más te quiere hablar Dios, que es tu Padre y el mío y el de todos.
Sólo así podrás ser mejor persona contigo mismo y con los demás y verás cómo muchos de tus problemas irán desapareciendo porque claro está que te estás dando una mejor calidad de vida interior y eso se irradia y se te regresa. Seamos mejores cada dia, amémonos un poquito más cada día a nosotros mismos, basta ya de auto odiarnos, que a final de cuentas es para nuestro propio beneficio. Verán que con amor en el alma no se necesita mucha fuerza de voluntad para combatir un vicio, sólo hay que sentir amor y aceptación de nosotros mismos para eliminar los demonios de la culpabilidad que alimentamos cuando nos abandonamos a un vicio como la comida en exceso, el cigarro, el alcohol, las drogas, el Internet, el juego, las apuestas, en fin todo lo que nos cause dependencia, que no nos destruya esa inanición espiritual —esa falta de amor de Dios y hacia Dios— a la que sentimos y llamamos ansiedad, combatamos esa inanición espiritual y el momento presente será esplendoroso.
Hasta la próxima y acuérdense que estamos en tiempo de reflexión, no lo olviden.

acudiendoalosdioses@hotmail.com

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